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El crecimiento de tu bebé
LOS PRIMEROS DÍAS
Durante los primeros días de lactancia las mamás producen calostro. El calostro es una leche espesa que suele ser de color amarillo. A veces se le refiere como “oro líquido” por el color y el valor que tiene para tu bebé. Las mamás producen solo un poco de calostro, la cantidad perfecta para el tamaño del estómago de tu recién nacido.
Cuando el bebé consume los anticuerpos que hay en el calostro, es como si estuviera recibiendo su primera vacuna. El calostro también tiene un alto contenido de proteínas, que es lo ideal para los recién nacidos porque les ayuda a eliminar las heces oscuras y pegajosas (llamadas meconio) que hacen en los primeros dos días.
Amamanta a tu bebé con frecuencia en los primeros días para que reciba suficiente calostro y tú establezcas una buena producción de leche.
A LAS 2 SEMANAS
La proteína de la leche materna es mucho más fácil de digerir que la proteína de la fórmula para bebés. Esto ayuda a que el bebé padezca menos problemas digestivos, como gases, salpullidos y cólicos.
DE 4 A 6 SEMANAS
Los bebés amamantados suelen enfermarse menos a partir de los primeros dos meses de vida.
DE 3 A 4 MESES
La lactancia puede proteger a tu bebé del síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL), lo que es particularmente importante durante los primeros 4 meses.
El sistema inmunitario del bebé es más débil entre los 2 y 6 meses de edad. Al amamantarlo, le das la mejor protección durante esta vulnerable etapa. Si te resfrías, es fundamental que sigas dándole leche materna a tu bebé. Los anticuerpos y antivirus que tu cuerpo produce para proteger tu salud pasan a la leche y ayudan a proteger también a tu bebé.
A LOS 6 MESES
Si amamantas por 6 meses, tu bebé padecerá menos infecciones de oído y será menos propenso a tener diarrea e infecciones respiratorias. Incluso ayuda a que las vacunas que le apliquen funcionen mejor.
Los bebés que son amamantados al menos hasta los seis meses tienen menos probabilidades de padecer cáncer infantil.
A LOS 9 MESES
La leche materna también ayuda al desarrollo del cerebro. Los estudios muestran que los niños que son amamantados podrían tener un coeficiente intelectual más alto y podrían tener un mejor desempeño en la escuela.
AL AÑO
Amamantar ayuda con la formación sana de los músculos y la estructura de la cara. Esto puede ayudar a que tu bebé no necesite terapia del habla u ortodoncia cuando crezca.
DESPUÉS DEL PRIMER AÑO
Si amamantas a tu bebé por más de un año continuarás ofreciéndole los nutrientes y la protección de tu leche. Cada vez que tienes contacto con microbios, gripes y alergenos, continúas transmitiéndole a tu bebé los antialergénicos, anticuerpos y antivirus que necesita para estar fuerte.
¿Por qué es la lactancia materna tan buena para mi bebé? Porque:
ES BUENA PARA LOS HUMANOS
La leche materna es leche humana para bebés humanos. Cada mamá produce leche específica para las necesidades de su bebé y que cambia con el tiempo a la par de las necesidades del bebé. La leche materna contiene cientos de ingredientes más que la fórmula y protege al bebé de las enfermedades. La leche materna es esencial para los bebés prematuros porque está hecha especialmente para satisfacer las necesidades de su desarrollo.
PROTEGE LA SALUD AHORA
Los bebés amamantados son más saludables y se enferman con menos frecuencia. Es menos probable que tengan problemas del estómago, infecciones de oído y respiratorias, resfriados o gripes y que sean hospitalizados por neumonía o meningitis.
PROTEGE LA SALUD MÁS ADELANTE
Los beneficios de la lactancia materna duran mucho después de que dejes de amamantar. Amamantar ayuda a proteger a los bebés de la leucemia infantil y, más adelante, de la diabetes, la obesidad y la hipertensión.